La Tierra está congelada. Envuelta en una era de hielo moderna. Los gobiernos del mundo idearon un plan para salvar a la humanidad que consistía en meter a todos dentro del metaverso. Lo llamaron “La Transición de Paradigma”. Los primeros diez mil voluntarios, listos para pavimentar el camino, eran llamados CyberBrokers. Todo salió mal. Dos siglos después, una autocomplaciente raza humana está lidiando con un gran avivamiento.
Esta es la historia de El Paradigma Perdido.
ALL RECORDS ARE THE PROPERTY OF TPP AND MUST REMAIN WITHIN THE CORE UNDER STRICT OBSERVATION UNLESS SPECIFICALLY AUTHORIZED. REMOVAL OF RECORDS ARE A CLASS 12 OFFENCE AND PUNISHABLE BY SALARY REDUCTION, DEMOTION, AND TERMINATION.
Con la Piedrangular, un dispositivo capaz de reescribir cualquier código en un instante, ahora en su posesión, Spice, Soleia, Zinc y Ken tuvieron que decidir entre seguir el plan de Fact para infiltrarse en el Árbol Merkle y lanzar la siguiente Versión del Paradigma bajo su mando – o no hacerles caso y crear su propia visión del EPA. Sin saber qué hacer, el equipo buscó respuestas con Faith, el otro Arquitecto del Paradigma. El mensajero de Faith, una Holo llamada Anerd, reveló el objetivo mismo de Faith de lanzar una versión de código abierto del Paradigma, y les imploró que si no le habían a dar la Piedrangular a Faith, que hicieran algunos cambios ellos mismos al EPA. El debate sobre qué hacer con este gran poder se aclaró. Aunque todos aceptaron cambiar las reglas sobre la desmaterialización, la decisión unánime de los CyberBrokers de no aumentar el límite de Drifters y darles mejores posiciones dentro del Paradigma hirió a Spice, quien se desconectó con coraje. Después del apasionado discurso de Spice y en una decisión final, Soleia, Zinc y Ken aceptaron que la nueva estructura de poder debería incluir a un consejo tanto de brokers como de Drifters. Puesto que Spice no se conectaría de vuelta pronto, Soleia, Unironic Ken y Zinc deben continuar caminando fatigosamente por su cuenta. Con Soleia ahora esperanzada de que exista una manera de salvar su propio ser comprometido en el Árbol Merkle, y con el trío listos para una misión sigilosa, se preparan para el reto más difícil con el que se han encontrado hasta ahora.
“Soleia, tu arma secreta apesta.” Ken gruñó, pateando un voxel aislado, que se desintegró convirtiéndose en una baba de baja resolución al tocarlo. “Literalmente es asqueroso.”
El laberinto de serpenteantes túneles oscuros por donde los guiaba Soleia parecía no tener fin. Una aburrida pared vacía tras otra, renderizada en negro básico con el mapeo de cuadrículas verdes brillantes expuesto. Las orillas del Paradigma no tenía texturas adicionales, ni modelaje 3D extra, ni elegantes fachadas. El único descanso dentro del vacío era la abundancia de voxeles deteriorados, subrutinas llenas de glitches, y datos corruptos. Tanto código defectuoso hizo que los táctiles de Zinc temblaran. Estaba claro que el Cleanup Crew no había estado en las Orillas en un muy largo tiempo, si es que alguna vez lo estuvieron. Si Soleia decía la verdad, sólo Smugglers podían entrar a este lugar, y antes de ellos, sólo Smugglers lo habían hecho.
Soleia continuó hacia adelante sin titubear. “Sí, así como ya lo dijiste más de cien veces. Quejarte no hará que se termine más pronto.”
“¿Quién siquiera se tomó la molestia de agregar una función de olor a este lugar?” Zinc preguntó incrédulo.
Soleia se encogió de hombros. “Algún bromista aspirante a hacker. Dejando su marca personal por aquí. Claramente cree que es muy gracioso.”
“¡Ojalá intentara sus bromitas conmigo!” dijo Ken, frenéticamente destrozando una hilacha suelta de código con glitches que lo golpeó en la cara.
“Alégrate, tarugo.” Soleia brincó por una línea de escombro filoso de vectores. “Es una broma inocente.”
“¡Yo me reiré de él, traigo una pistola!”
Zinc apresuró el paso para pasar tras Ken y acercarse a Soleia. “Por más que esté disfrutando este pequeño paseo por las sobras de EPA, Soleia, hemos estado caminando por horas y horas. ¿Cuánto falta?”
Desde que Soleia había materializado la entrada hacia las Orillas de una intersección de dos sombras en un callejón de Eternal Night, los había guiado sin pausa por los curvos y serpenteantes túneles con su usual pavoneo. Zinc no podía orientarse, ni sabía a dónde iban, o por dónde habían pasado. Sin el instinto de Smuggler de Soleia, Ken y él jamás habrían podido pasar por este lugar. Sin los apropiados códigos de encriptación para salir, la única salida probablemente hubiera sido desmaterializarse y perder todo.
“Estamos intentando infiltrar quizás el lugar más asegurado en el Paradigma fuera de Cold Storage. Esto nunca iba a ser como un paseo por la Calzada.”
“Si hubiéramos seguido mi plan, ya estaríamos sentados dentro del Árbol Merkle. ¡Bebiendo champán de Político y atragantándonos con caviar de Titular!” Ken gruñó.
“Si hubiéramos seguido tu plan, estaríamos sentados en el punto de respawn con nuestras wallets quemadas,” dijo Zinc.
“Hey, cállense por un segundo.”
Zinc casi tumba a Soleia, quien se había detenido de repente en medio del túnel. Soleia vio a su alrededor, sus ojos escaneando las paredes vacías de arriba hacia abajo, de manera metódica.
“Emm, ¿Soleia?”
“¡Ah, ahí estás!”
Soleia alargó el brazo y jaló uno de los brillantes hilos verdes del mapeo de las Orillas y toda la sección del muro comenzó a aclararse. Voxel por voxel, el muro se desmaterializó hasta que una entrada pequeña y redonda se formó.
“Parece que tienes el toque mágico, Smuggs.” dijo Ken.
“Pregúntale a mis exes.” Soleia le guiñó el ojo.
“No vamos a entrar por ahí, ¿verdad?” Zinc se agachó para echar un vistazo por el abismo sin fin de la recién formada entrada.
“Sí. Hasta aquí llega el camino.”
“¿Y por dónde vamos a salir? ¿Cerca del flujo fuente?”
Soleia sacudió la cabeza. “Las Orillas van entre zonas y ubicaciones, pero no llegan cerca de ellas. Nos he traído lo más cerca posible al Árbol Merkle; pasando las defensas exteriores. Todavía tenemos que lidiar con las defensas interiores, así que manténganse alerta.”
“Sí, señora.” Ken hizo un rápido saludo y se arrastró por el portal oscuro antes de que Soleia o Zinc tuvieran oportunidad de detenerlo.
“Oh, chingados. Ahí va. Más vale que lo sigamos rápidamente antes de que haga algo más estúpido aún. Espero que no active los sensores antes de que tenga oportunidad de bloquearlos.” Soleia sacó un script para apagarlos en su bracer mientras se agachaba y se desvanecía entre la oscuridad.
Zinc se lanzó y siguió deprisa a Soleia, sus táctiles vibrando mientras la presión y los efectos ambientales cambiaron de pronto. Temía tener que pasar por otro largo tramo duro dentro de las entrañas de código deteriorado, pero se encontró a sí mismo inmediatamente materializado dentro de un cuarto pequeño, con altos casilleros blancos siguiendo el contorno de paredes blancas y un techo que brillaba con una resplandeciente y limpia luz. Y el olor. Limpio y fresco como químicos de limpieza. Ken tenía la cabeza sobre la única puerta para salir del cuarto, mientras que Soleia tecleaba en su bracer, inicializando el script para desactivar los sensores.
“¿Dónde… dónde estamos?” preguntó Zinc, inspeccionando cuidadosamente uno de los casilleros.
Soleia bajó su bracer, con una luz verde parpadeando en la esquina de la pantalla indicando que el script estaba haciendo su trabajo. “En el closet de un conserje a nivel del lobby del Árbol Merkle.”
Ken volteó con una sonrisa, pero Zinc levantó la mano antes de que pudiera decir algo. “Ni una sola palabra. No me molesta que me llames basurero, pero no soy un maldito conserje.”
Ken se encogió de hombros y presionó su cabeza contra la puerta de nuevo, lentamente girando la manija para asomarse hacia afuera. Zinc se puso atrás de él para echar un vistazo también.
El vasto y circular lobby del Árbol Merkle todavía se sentía conocido a pesar de que parecía ya haber pasado una infinidad de tiempo desde que estuvo aquí para parchar un código con glitches. El techo del cuarto subía hasta unos cien pisos, la hora dorada bellamente editada se filtraba por las grandes ventanas en los contornos de las paredes que estaban hasta la parte superior. Cables, brillando con un color blanco por datos de procesamiento, corrían a través de la extensión vacía. Se mezclaban con los cientos de pasillos y plataformas en diferentes ángulos y grados, conectando los miles de cuartos y oficinas que subían por todo el tronco del edificio.
Ken fue el primero en salir. Se deslizó por la puerta y se movió apresuradamente detrás de una estatua de mármol enorme de Astarot dominando una de las paredes del fondo del lobby, directamente frente a la entrada principal. Soleia siguió con una agraciada caminata, y Zinc trotando nerviosamente. Con su espalda contra el frío mármol, miró la reluciente estructura hacia arriba, sólo una de cinco agraciando los muros interiores del lobby.
Siempre había pensando que esta estatua de Astarot, que estaba representada apretando tres de sus manos con un grupo de Políticos, se veía llamativo pero de mal gusto. Pero pensándolo otra vez, nada acerca del Árbol Merkle o de los Políticos era particularmente sutil. Gobernaban por derecho divino después de todo, así que no tenía que esconder particularmente sus máximas o su decoración de interiores.
“¿Qué no son como tres Políticos? ¿Por qué necesitan todo este espacio?” preguntó Ken, recargándose junto a Zinc.
“Bajen la voz, por favor.” dijo Zinc entre dientes, y luego echó un vistazo doblando la esquina para tener una vista completa del cuarto.
Unos cuantos Brokers y BOTs deambulaban por el lobby. Un Titular salió apresurado de un elevador cerca de la entrada, dejando un camino de papeles y agua mientras corría hacia el centro del cuarto, se volteó, y se detuvo para checar uno de los papeles, y luego caminó deprisa hacia el elevador del cual había salido.
Un Samurai con una multitud de BOTs de seguridad a sus costados cuidaba las puertas frontales con la eterna vigilancia que marcaba su Talento. Un puñado de Enforcers con placas especiales del Árbol Merkle patrullaban por el perímetro, deteniéndose para checar la multitud de puertas por todo el contorno del cuarto. No habrán pasado más de un par de bloques cuando el siguiente tramo del recorrido del cuarto llegó al closet del conserje y a su escondite.
“Definitivamente parece que están sobrecompensando por algo,” dijo Soleia, checando el cuarto ella misma. “Siempre había querido ver este lugar, pero los Políticos nunca quieren que los de mi tipo entren a sus oficinas.”
“¿Entonces ahora qué? Por mucho que quisiera hacer estallar a estos simios arrogantes y a sus lacayos hacia Astarot-sabe-dónde, ustedes dos probablemente no me dejarían hacer que todo explote.” dijo Ken, escaneando el cuarto para buscar debilidades estructurales. “¿O sí?”
Zinc sacudió la cabeza, pero se preguntó qué más podrían hacer ahora que estaban ahí dentro. Soleia les había dado una gran ventaja al llegar hasta aquí sin ser detectados, pero el flujo fuente estaría justo en las raíces del Árbol. La seguridad sólo iría en aumento entre más bajaran.
Había estado ahí muchas veces a través de los ciclos, gracias a la necesidad casi patológica de los Políticos por mantener el orden a la perfección. Le daban anticipos a todo el Cleanup Crew para asegurarse de que el lugar tuviera un 99.99% de integridad en su código en todo momento. Ni un glitch, ni un sólo voxel deteriorado, y ni una cadena de datos corrupta existían en el Árbol Merkle por más de unos minutos sin que un basurero lo arreglara.
Sin embargo eso le dio una idea.
“Afortunadamente para ustedes dos,” dijo Zinc con una sonrisa sombría. “Tienen a un basurero de su lado.”
Zinc odió lo contento que se veía Ken de repente. “Ves, ¡¿a poco no es pegajoso ‘basurero’?!”
“Claro, amiguito. Muy pegajoso. Continuando, he sellado las grietas dentro de esta fortaleza las suficientes veces como para saber dónde están todos los voxels sueltos.”
Zinc apuntó hacia la puerta cerca de la entrada al lobby, adyacente al elevador hacia donde el confundido Titular se había desvanecido. “Ahí es a donde llevan huéspedes sospechosos a ser escaneados y cuestionados antes de que les permitan entrar a las oficinas de los Titulares y Políticos. Ahí es hacia donde debemos ir.”
Soleia estaba escéptica. “Suena a que estaríamos realizando el trabajo de seguridad por ellos.”
“Sólo síganme, y actúen como si pertenecieran aquí.” Zinc se tomó un segundo para prepararse y salir caminando tranquilamente por detrás de la estatua, sin voltear hacia atrás para ver si Soleia y Zinc lo seguían. Cruzó por el lobby en unas cuantas y largas zancadas, sintiendo pena mientras cada uno de sus pasos hacía eco por la extensa cámara. Nadie le gritó que se detuviera, o activó un alarma, y cuando llegaron al cuarto de interrogación y giró la manija con su mano, tuvo que resistir el impulso de lanzar su puño al aire en victoria.
Abrió la puerta para Soleia y Ken, y luego la cerró firmemente y le puso el seguro.
Soleia le dio un vistazo escéptico al cuarto. Estaba vacío, blanco, sin ventanas, con una sola silla metálica, un poco chueca en el centro. “¿Un callejón sin salida?”
“No exactamente.” Zinc caminó hacia la silla. “Ahora es hora de enseñarles mi arma secreta.”
“¡Sí hombre, sácala rápidamente!”
Soleia dio un resoplido tras interrumpir su risa por el chiste de Ken. Zinc ignoró la burla, concentrándose ahora en los azulejos limpios y blancos del suelo y en el código que formaba su estructura. Empujó la silla y se agachó, presionando su mano sobre azulejo en específico que para cualquier otro se veía exactamente igual que el resto. Por favor que esté aquí, por favor que siga aquí.
Sintió alivio cuando vio que el glitch recursivo seguía ahí. Un pedacito que no debía estar sobre la capa de piso introducido manualmente. Materializó su Rociador, y tras ajustar la boquilla precisamente, lo apuntó hacia el punto exacto. Un rocío pixeleado envolvió todo el azulejo,y cuando Zinc soltó el gatillo, un hoyo malformado apareció.
“Qué buen truco de fiesta.” dijo Soleia, con una pizca de admiración en su voz.
“Oh, así que yo debo de portarme bien, pero cuando Zinc hace estallar un hoyo en el suelo se vuelve en la cosa más cool de todos los tiempos?” Ken cruzó los brazos molesto, con su voz disminuyendo hasta ser un bajo murmuro. “Okey, lo admito, fue algo cool.”
Zinc devolvió su Rociador al inventario, un poco apenado por los halagos. “El Cleanup Crew tiene que venir aquí cada ciclo más o menos para arreglar este pequeño pedazo de código averiado. Pensé que ya sería hora de arreglarlo. Parece ser que se abre siempre en el momento menos adecuado, también. Una vez tenían a un Drifter sentado en la silla para cuestionarlo, y el hoyo se abrió de repente debajo de ella. Envió a esa pobre alma hasta el sótano. Se desmaterializó al instante.”
Con un grito, Ken pasó a Zinc corriendo y se arrojó hacia el hoyo. “¡Bola de cañón!”
“Sin duda nos van a atrapar.” Soleia suspiró al materializar dos latas de Slo-Fall de su inventario, para caer suavemente, ofreciéndole una a Zinc.
Zinc se tomó la bebida y vio hacia los varios abajo donde Ken estaba desparramado pero aún materializado. “Oh, sin duda.”
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El ambiente en los niveles más bajos del Árbol Merkle era pesado y húmedo comparado con la limpia sensación fresca del lobby. Todo el buen desarrollo atmosférico se había ido hacia los extensos espacios vacíos arriba del suelo donde los Políticos vivían y trabajaban. La magnitud de lo que estaban intentando hacer parecía ser mucho más pesado aquí abajo, también, todo con un silencio sepulcral e iluminación escalofriante. Zinc había tomado la delantera mientras se movían cuidadosamente por los pasillos fuertemente fortificados por metal blanco, con su pistola lista – pero hasta ese momento no habían visto ni una otra alma.
“¿Estás seguro de que sabes por dónde diablos vamos?” preguntó Ken, haciendo girar la Magnum Piedrangular sobre su dedo. “Uno pensaría que habría un ejército de guardias entre nosotros y la cosa más preciada en el Paradigma.”
“No, ya te lo dije. No estoy seguro completamente.” Zinc se detuvo para escanear el pasadizo, las paredes, el piso, el techo, tratando de encontrar algo conocido. “Sólo he bajado una vez hacia aquí, tratando de arreglar un glitch en una puerta gigante para entrar a una bóveda de seguridad. Más grande que cualquier cosa que haya visto dentro del Árbol Merkle. Si el flujo fuente está en algún lugar, es ahí.”
Soleia asintió. “No es poco común que las cosas más valiosas sean aseguradas con discreción en vez de fuerza bruta. Cada guardia que tienes es otro guardia que puede filtrar información. Tiene sentido para mí que esté detrás de una puerta gruesa y grande sin guardias, especialmente cuando tienen tantos guardias allá arriba.”
“Muy bien. Esto ya se ve familiar.” Zinc estaba muy seguro de reconocer la curvatura del pasillo a la izquierda. Podría haber jurado que dobló hacia ese pasillo hace ciclos cuando bajó hacia aquí, escoltado por un Titular y dos BOTs de seguridad bien armados. Si tenía razón, sólo tenían que bajar dos niveles más.
“Por aquí.” Salió trotando de nuevo por la curva rápidamente y, con un sobresalto repentino, se encontró frente a un incauto Titular. El raro cuerpo de caucho vestido con un traje blanco arrugado se hizo hacia atrás, el pez en la cabeza de pecera salpicaba agua frenéticamente.
“¡AY!” el pez gritó por las bocinas frente a la pecera. Levantó los brazos del cuerpo dramáticamente, lanzando un montón de papeles al aire. “¡Oh no! ¡Oh dios! ¡Pobrecito de mí!”
Zinc estaba muy sobresaltado como para hablar.
Mientras los papeles caían flotando alrededor de él y del Titular quien, al ver a Soleia y Ken, gritó de nuevo. “¡Intrusos! ¡Oh no, Intrusos! ¡Está sucediendo! ¡Sabía que esto sucedería! ¡Enforcers, necesito a un Enforcer! ¡Intrusos!”
El Titular dio media vuelta y corrió, sacudiendo los brazos en el aire como si se estuviera ahogando.
“Yo me encargo,” dijo Ken, materializando la Magnum Piedrangular en su fuerte agarre.
“No. Detente,” susurró Zinc. “No te muevas. Espera un segundo. Uno, dos…”
Como si le hubieran dado una señal, el Titular se detuvo por completo viendo a su alrededor perplejo.
“¡¿Ay, por qué?! ¡Mis papeles! ¡Mis pobres papeles! ¿Qué pasó? ¡El Político Blurr me sacará de esta pecera!” El Titular se agachó y comenzó a recolectar sus pertenencias, sin una preocupación en el mundo salvo por sus papeles.
“Ahora quietamente, retrocedan. Por ese pasillo a la izquierda.” dijo Zinc por la esquina de su boca.
Ken y Soleia lo siguieron, retrocediendo centímetro por centímetro lentamente hasta que todos estaban fuera de vista doblando la esquina.
“¿Qué diablos fue eso?” dijo Ken, trotando tras Zinc quien ya llevaba trotando un rato en otra dirección.
Zinc se encogió de hombros. “Clásicos peces dorados. Si no anotan algo, lo olvidan en los siguientes segundos. Ese Titular seguirá por su caminito feliz, sin idea de habernos conocido y nos dejará ir campantes directo al flujo fuente.”
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‘Campantes’ quizás fue un adjetivo equivocado. La puerta hacia la bóveda de seguridad era más intimidante de lo que Zinc recordaba, con un montón de mejoras desde la última vez que había estado aquí. Con un color negro mate y cubierta con varias barras reforzadas, tornillos inquebrantables, capas adicionales, pantallas de seguridad, y teclados. Parecía más una cibernave Meta Exploradora que una puerta.
“Oscura, sombría, y bien cerrada. Me recuerda a ti, Smuggler.” dijo Ken, con una sonrisita en dirección a Soleia.
Soleia sonrió de vuelta. “Me acabas de conocer, y hemos estado trabajando todo este tiempo. Soy una perra muy distinta cuando estoy de vacaciones.”
“Me gusta como suena eso. Tú y yo, bebé. ¿Un viaje a Sunnyside después de esto? ¿Con menos ropa y cócteles?
Soleia observó la puerta de arriba a abajo, notando con ojo crítico los varios sistemas de seguridad. “Zinc, estoy segura de que esto está fuera de mis habilidades para crackear. Por favor dime que tienes otro truco bajo tu manga de basurero. Quiero terminar este trabajo lo más pronto posible para no tener que estar escuchando estos terribles intentos de coqueteo.”
“Tal vez… Cuando estuve aquí abajo estaba arreglando algo cerca…” Zinc examinó el área que había parchado ciclos y ciclos atrás, donde la imposiblemente impenetrable puerta de la bóveda se encontraba con el aún más indestructible muro. Concentró la mirada entre la unión de las dos y luego suspiró. A diferencia del exploit por el cual bajaba a los subniveles – un problema con el código actual estructural de la ubicación que podía ser parchado sin una actualización completa – este había sido un glitch menor en la interfaz de objetos ambientales que Zinc había completamente resuelto. Había hecho su trabajo demasiado bien.
“Esto es lo que me preocupaba. La estructura está estable. No puedo encontrar un solo glitch en la puerta, o en los muros. Es perfecta.”
“¿Entonces estamos en un verdadero callejón sin salida?” Soleia se acercó. “Llegamos tan cerca pero ahora aquí estamos, como una manada de Sheeple atrapados en pastura abierta.”
Zinc miró de arriba a abajo la puerta con esperanzas de encontrar algún error que se le hubiera escapado. No sabía qué más hacer. Spice lo habría sabido. Siempre encontraba la manera. “Lo siento. Se me acabaron las ideas. Necesitamos otro plan.”
Ken caminó suavemente hacia la puerta, le dio un toquido, y luego tomó su barbilla mientras la veía escépticamente. “¿Entonces de qué está hecha? ¿Adamantium Impenetrable?”
Zinc asintió con la cabeza. “Sí. Estoy seguro.”
“¿Entonces qué tal si seguimos mi plan ahora? Fuerza bruta, ataque apabullante. ¡Derrumbarla con poder de verdad!”
“Si en realidad es Adamantium Impenetrable no hay manera de volarla. E incluso si pudiéramos, tendríamos toda la seguridad del Árbol Merkle encima en menos de uno o dos bloques.”
Ken levantó la Magnum Piedrangular con un destello de locura en sus ojos. “Se acabó el tiempo de escabullirse. Ustedes dos nos han traído hasta aquí. “¡Ahora es mi turno de hacer magia!”
“Sabes, Zinc, Ken tiene un punto ahora sí.” dijo Soleia. “Y no lo estoy diciendo de manera irónica.”
“¡Punto para Unironic Ken!”
Zinc vio a Ken y a Soleia, el escepticismo era palpable. “¿De veras quieres seguir la ruta de Ken en Acción?”
“En este momento, no nos queda nada por hacer. Se nos acabaron las opciones. Podríamos intentar forzar los millones de seguros, pero tarde o temprano, alguien vendrá hacia aquí y nos detectará. Es cuestión de tiempo,” Soleia se encogió de hombros. “Yo digo que volemos la puerta, vayamos directo al flujo fuente, y terminemos esto de una vez. Una vez que coloquemos la Piedrangular, añadiremos una última instrucción que nos regrese a nuestras ubicaciones de origen. Estaremos fuera antes de que lleguen los guardas siquiera.”
“Tiene sentido.” Zinc frunció el ceño. “Si tuviéramos el suficiente poder para atravesar esta puerta. Adamantium Impenetrable, ¿recuerdan?”
“Impenetrable es sólo el nombre de la marca. Y, em, ¿hola?” dijo Ken, con la Magnum Piedrangular colgando de su dedo.
“Magnetic Alcove no fue muy clara acerca de cómo funciona esa cosa.” dijo Zinc. “¿Qué tal si sólo puede usarse una vez o algo así?”
“Yo, em, creo que tengo que algo que podría ayudarnos.” Soleia sacó la interfaz del inventario sobre su bracer y vio sus ítems. “La puerta quizás sea impenetrable, pero no es inmutable. No se puede destruir, pero quizás pueda ser transformada. Déjenme minimizar esto un poco. Originalmente fue hecho para un meca… ¡aquí vamos!
En sus manos se materializó lanzamisiles gigante, tan grande que Soleia parecía que iba a caerse en cualquier momento. Estaba grafiteado con colores brillantes, lleno de cinta y baratijas colgantes, con un pollo de goma horrorizado pegado al misil que estaba listo para ser lanzado.
Ken se quedó boquiabierto. “¡Creo que estoy enamorado!” Corrió para inspeccionar cada detalle lujuriosamente.
Zinc tomó un paso hacia atrás completamente. “¡¿Dónde conseguiste eso?! ¡¿Y qué diablos es?!”
“Es una ‘ChickaChicka BoomBoom!!!’. Es sólo una pequeña arma de meca que recogí para un cliente, pero nunca pagaron. Así que, ¿qué tal si se hacen a un lado a la chingada y me dejan divertirme un rato?” Soleia recargó el arma sobre su hombro y vio por la mira.
Zinc tomó varios pasos más hacia atrás. “Asegúrate de apuntarla a -”
¡KABLAM!
La fuerza de la explosión envió a Zinc volando hacia el muro, bajándole sus ya pocos HP. Cuando Zinc se recuperó del flash y el estruendo de la explosión, la escalofriante iluminación del subnivel fue reemplazada por luces rojas estroboscópicas, y el silencio sepulcral por alarmas chillantes.
Zinc apretó los dientes y se puso de pie. “Un aviso hubiera estado muy bien, Soleia.”
“¡Lo siento!” Gritó fuerte sobre su propio input auditorio que chillaba, quedó desparramada sobre el suelo un metro hacia atrás de donde había disparado, y el lanzamisiles ya había desaparecido de su inventario.
“¡Yii-jaa! ¡Qué buena adrenalina!” Ken se levantó de donde había sido lanzado y comenzó a caminar hacia la nube de color rosa y amarilla que obscureció la puerta de la bóveda. “¡Terminemos con esto, familia!”
“¡Ken! Da un paso hacia atrás. ¡Ahora mismo!” dijo Soleia con tal autoridad que Zinc sintió débiles las piernas y Ken se detuvo al instante.
La nube se disipó rápidamente, revelando una completamente extraviada puerta de bóveda y un sólo y desconcertado pollo de goma que estaba completamente animado mientras se asomaba con ojos saltones. Cuando notó a Ken, hizo un graznido violento y comenzó a correr hacia él tan rápido como lo dejaban sus pequeñas piernas.
¡BOOM!
Del cielo llovían plumas de goma entre las estridentes alarmas y luces estroboscópicas. Humo comenzó a salir por el cañón de la Magnum Piedrangular. Ken puso el cañón cerca de sus labios y sopló. “Sabía que podías hacerlo, bebé.”
Soleia y Zinc intercambiaron una mirada rápida y se movieron cuidadosamente hacia enfrente hasta que estuvieron junto a Ken, midiendo los daños y el hoyo en la pared donde estaba la puerta de la bóveda.
“Así que, Soleia. ¿Qué chingados fue eso?” preguntó Zinc, con la voz alta para que se escuchara sobre las sirenas.
“Ya te lo dije: ‘ChickaChicka BoomBoom!!!’.”
“¿Y convierte a las cosas en pollos?”
“Correcto. Y luego esos pollos corren hacia el blanco más cercano y explotan.”
“Muy bien entonces.” Zinc sacudió la cabeza y luego caminó por el hoyo en la bóveda.
La cámara parecía ser una instancia aislada, porque el sonido y las luces de las alarmas parecían estar a cientos de kilómetros de distancia, reemplazados por una calma oscuridad y silencio pacífico. Al moverse Zinc hacia enfrente lentamente, sus sentidos se adaptaron al suave brillo verde y al sonido suave que emanaban de riachuelos infinitos de datos relucientes cayendo por las paredes de la extensa caverna. Los flujos de datos iban juntos, uniéndose a otros flujos más grandes hasta que todos formaban un vasto río que corría por el centro de la caverna. Una masa arremolinada de código complejo que se movía tan rápido que era ilegible, incluso si la complejidad de los enteros pudiera ser comprendida por un simple basurero. Aquí estaban todas las casi infinitas variables de código cuántico que formaban el Paradigma.
Aquí estaba el código fuente.
La voz de Soleia susurrando interrumpió la tranquilidad del lugar. “Ken, rápido, la Piedrangular.”
Ken obedeció, levantando la Magnum y, antes de que alguien pudiera detenerlo, la apuntó hacia el flujo fuente y apretó el gatillo.
No pasó nada.
“¡¿Qué chingados acaba de pasar?!” Ken golpeó el costado de la Piedrangular con su muñeca. “¡Fact nos dio un arma defectuosa! ¡Qué buenos Arquitectos que son!”
Zinc puso una mano sobre el brazo de Ken, bajándolo junto con la Piedrangular. “No creo que funcione como arma aquí. Creo que tenemos que poner la cosa completa dentro del flujo.”
“¿Me estás diciendo que esta cosa ya no hará boom de nuevo?”
“No, Ken,” dijo Soleia, con un tono de voz adecuado para consolar a un niño que acaba de romper su juguete favorito. “No boom.”
Gritos y eco de pisadas quebrantaron la santidad de la cámara desde el mundo más allá, amortiguados por el umbral de la puerta de la bóveda. Las fuerzas de seguridad venían ya. Había muchas, y se estaban acercando.
“¡Al diablo con esto!” Ken le lanzó la Piedrangular a Zinc y luego adoptó una pose de boxeador. “No necesito una estúpida pistola de un Arquitecto omnipotente. ¡Tengo un arsenal completo listo, incluyendo estos excelentes dos puños!” Enfatizó sus palabras con unos cuantos jabs al aire y terminó con un veloz uppercut.
Zinc batalló en tomar firmemente la pistola antes de asegurarla con ambas manos. Un ícono sobre su bracer destelló para indicar que un nuevo ítem había sido transferido a su inventario. “Ken, espera un -”
“Escucha, basurero. Tenemos que terminar con esto. Tú eres el indicado para hacerlo. Pero necesitas una distracción. Para tu buena suerte, distracción es mi segundo nombre, junto con Peligro, Asombroso, y Sexy. Así que déjame enseñarle a estos papanatas lo que un Leftover puede hacer.”
“Tiene razón.” Soleia volteó hacia Zinc. “Y honestamente, no debería de estar tan cerca del flujo fuente de todos modos. Me siento… ansios por acercarme. Y si… sería malo.”
Zinc vio el flujo fuente, la salida, y sus dos amigos. Realmente deseaba que Spice estuviera aquí ahora mismo. Lidereando el camino, ayudándolo a averiguar cosas, lista para enfrentarse al peligro o resolver el siguiente acertijo. “¿No me van a dejar solo, o sí?”
Soleia puso una mano sobre su hombro. “Ken y yo detendremos a éstos para que tengas tiempo de usar la Piedrangular y hacer los cambios que acordamos.”
“¡Sí me van a dejar solo!”
“Tú eres el mejor con estas cosas técnicas. Sabes que ni Ken ni yo te podremos ayudar. Déjanos hacer lo que sabemos hacer mejor. Lo vas a lograr, Zinc,” dijo Soleia con un guiño y luego volteó hacia Ken. “¿Estás listo, amigo?”
“¡Vamos a patearle el trasero a estos lambiscones!”
Soleia le dio un apretón a Zinc en el hombro, y Ken y ella corrieron por donde habían entrado. Desaparecieron al pasar por el límite de la instancia, dejando a Zinc solo en el extraño y pacífico brillo del flujo fuente.
Zinc se permitió tres largos segundos antes de caminar por el camino rocoso hacia el flujo fuente. No había mucho tiempo, y sus amigos dependían de él. Se detuvo en la orilla del flujo de datos, girando la Piedrangular en sus manos varias veces antes de bajarla hacia el flujo. Instantáneamente, sintió como cambiaba en sus manos, la forma de pistola que Ken le había dado se derretía hasta formar un tipo de consola. Zinc no había visto nada parecido en su vida.
Antes de que Zinc pudiera pensar mucho acerca de este extraño desarrollo, cables salieron de la consola y se lanzaron hacia el flujo fuente. Un segundo. Dos. La consola se iluminó con una pantalla holográfica proyectada en el mismo color verde de los datos que fluían por la caverna, entradas de texto flotaban frente a él, esperando.
“¿Conque así es que alguienn como yo altera la naturaleza misma del Paradigma, eh?” murmuró.
Los menús cambiaron, la interfaz se alteró a sí misma para adecuarse a los pensamientos de Zinc, sus preferencias únicas y objetivos. Varios folders brincaron, simulando la manera en que organizaba sus datos en su bracer. Escaneó cada folder tan rápido como pudo, con solo un rápido vistazo a los archivos antes de continuar con el siguiente, intentando encontrar las cosas que habían acordado cambiar lo más rápido posible.
Encontró el folder con los protocolos de desmaterialización y con unos cuantos cambios, ajustó las opciones para que los inventarios no se quemaran por completo al ser desmaterializado. Ignoró el folder de “Límites de Usuarios”, sintió una punzada en el pecho al recordar a Spice y su última conversación que tuvo con ella. Odiaba haberla lastimado de esa manera, y se preguntaba si había tomado la decisión correcta al tomar el lado de Soleia y Ken y no darle más acceso a los Drifters. Pensó en la primera cita que tuvieron en las Olimpiadas de Mecas, la ternura que le ocasionó la pronta ira de Spice al bromear acerca de la Comandancia Alfa 10, y sintió una estremecedora vergüenza al traicionar su confianza.
Casi se regresa al folder de “Límites de Usuarios”, sin importar las decisiones, pero el incremento de sonidos de violencia cruzando hacia la cámara lo sacó de sus pensamientos. Ya no había tiempo para voltear hacia atrás. No había tiempo para dudar.
Navegó velozmente por las configuraciones de “Privilegios y Accesos a la Fuente”, la interfaz adaptándose aún más a su voluntad. Pasando el umbral, juró haber escuchado a Soleia decir ‘wooo’ emocionada, mientras Ken se carcajeaba regocijándose en la violencia.
“Ya casi.” Zinc se cercioró a sí mismo, alterando el código que transfería el acceso al código fuente de 51% de acuerdo mutuo de Brokers a un consejo gubernamental de, digamos, ¿doce miembros? No, nueve. No se habían puesto de acuerdo con un número, pero nueve sonaba bien. No habría empates incómodos de esta manera. Esperaba que al convertirlo en un consejo compuesto de Brokers y Drifters sería suficiente para que Spice al menos escuchara su disculpa cuando se reconectara.
Los sonidos de batalla se tornaron más fuertes, con la pelea cruzando por el límite de la instancia mientras Ken y Soleia intercambiaban disparos con una sola masa de BOTs de seguridad. Zinc comenzó a hacer el último y más importante cambio, pero encontró una nueva opción en el fondo de la pantalla, con un ícono brillante titulado “Actualizaciones del Sistema”. Lo presionó y la pantalla se hizo grande, con letras que decían “Versión Alfa”. Y debajo del mensaje un botón rojo ornamentado con tres simples, pero increíblemente profundas palabras: “Inicializar Versión Beta.”
En menos ded un segundo los sonidos de la pelea se desvanecieron por completo, e incluso el ruido distante de las alarmas se esfumó. Maldición, ¿me tardé mucho? Zinc frenéticamente quiso presionar el botón de Inicializar, pero una potente voz detuvo su mano.
“No es recomendable actuar con prisa.” dijo la voz familiar, mientras el suave destello verde de la caverna era reemplazado por una brillante y opresiva luz.
Zinc giró en su lugar, y frente a él estaba flotando Alcove Magnetic en toda su tumultuosa gloria. Su rostro estaba sin expresión como siempre, pero había un pizca de urgencia en su semblante que nunca había aparecido antes.
“¿Qué estás haciendo aquí?” dijo Zinc titubeando.
“Asegurándome del cumplimiento de los acuerdos hechos.” Sus líricas emisiones de audio bailaban y rebotaban en las paredes a pesar de su perpetuamente inmóvil boca. “A Fact no le gustaría desviación alguna.”
“Las oraciones susurradas en la oscuridad por labios trémulos son tan vacías como los corazones sin fe, querida hermana.”
Anerd ahora llenó el espacio al lado de Alcove Magnetic. La tensión entre las hermanas era palpable, como dos partículas con cargas opuestas. No se veían la una a la otra, sólo continuaban observando a Zinc con la misma expresión vacía.
“Hermana, no interfieras aquí. Un acuerdo fue hecho entre Zinc de la Cleanup Crew y Fact el Arquitecto. Es imperativo que ejecute las condiciones del acuerdo precisamente.”
“Tratos y acuerdos. Convenios y devoción. Cosas sin alma destinadas a enjaular el libre albedrío. Palabras finísimas que se deshacen con una decisión. Garabateos sin esperanza de tu rígido amo, intentando pintar paredes que aprisionen nuestro mundo infinito. Pero así como los planos de una presa no pueden detener al río, los frágiles acuerdos con Fact no pueden detener el diluvio que ha de venir.”
“Broker,” dijo Alcove. “El botín del Paradigma será tuyo al cumplir con nuestro acuerdo. En la Versión Beta se te otorgarán privilegios especiales. Bajo la supervisión ordenada y legal de Fact, la Cleanup Crew ya no estará atada a un metaverso en constante decadencia.”
“Broker,” dijo Anerd. “Tú no eres de los que buscan privilegios sobre los demás, ni eres alguien que busca el gozo al abandonar su vocación. Conocí tu corazón, Zinc. Cuando te vi por primera vez, lo supe. No deseas transformar tu existencia de manera drástica, sólo quieres expandirla. En el mundo de Faith, no habrá reglas que enjaulen a tu corazón que tamborea. Podrías formar la vida que desearas, a tu propio paso. ¿Construir, quizás, una vida para ti y tu mujer Drifter? ¿Alguna vez te has preguntado cómo es experimentar realmente la existencia humana?”
Zinc sí se lo había preguntado. Incluso antes del descubrimiento de que no era realmente un sobreviviente criogénicamente congelado y conectado permanentemente al Paradigma, nunca se había sentido como una persona de carne y hueso. Y después de presenciar lo sucedido en Cold Storage con los recuerdos de Ken, estaba seguro de que todas sus experiencias de antes del fin del mundo fueron manufacturadas.
Algo parecía faltar siempre. Sentir algún propósito que no podía ser cumplido sólo por su Talento, pero el trabajo consistente re arreglar, reparar, y hacer del mundo algo mejor, byte por byte. Cuando escuchó que los Drifters hablan con sus hijos, de su mortalidad, de su nacimiento, de la vida y la muerte, se preguntó si quizás eso era lo que realmente necesitaba. Y cada pregunta echaba aire a las brasas de envidia un poco más por esas cosas que parecían darle tal infinito significado a sus vidas finitas.
Esas brasas se habían vuelto flamas rugientes cuando conoció a Spice, la primera Drifter por la cual se había permitido preocuparse. Alguien a quien conocía y que eventualmente perecería y se convertiría en polvo, mientras él seguiría viviendo con la carga de su ausencia. Pensó en los recuerdos de Ken, de los destellos de intensa pasión que Ken había experimentado con Drifters y más Drifters. ¿Por cuánto tiempo habrá arraigados esos amores, y quién sería Ken sin la sombra de esas pérdidas?
Tal vez no era sólo él. Tal vez algo estaba perdido en la existencia de todos los Brokers. Y quizás eso en específico era la mortalidad; el propósito que otorga a aquellos que temen su llegada y se regocijaban en la nueva vida que la mantenía distante aunque fuera por un momento más.
¿Podría la Piedrangular crear un alma esencialmente? ¿Crear nueva vida? Empezó a retroceder por los menús de manera automática mientras distraía a las Holo con preguntas.
“¿Por qué Fact y Faith no resuelven esta disputa con una pelea? ¿Por qué nos tuvieron que arrastrar a su conflicto? Nunca pedimos esto, ninguno de nosotros. La mayoría estábamos contentos con el Paradigma que teníamos.
Las Holo hablaron en unísono ahora, su lírico audio formando bellas harmonías que se sobrelapaban y que hacían que los sensores auditivos de Zinc crujieran y repicaran. “Faith y Fact. Fact y Faith. Ellos son los Arquitectos de la Fuente. La Fuente es el origen de todo. No pueden alterar lo que es inmutable sin que lo inmutable sea alterado.”
Alcove Magnetic, con su tono claro y agudo. “Cumple con el acuerdo. Otórgale a Fact control del Paradigma sin restricciones.”
Anerd, con su ritmo suave y fluctuante. “El corazón sabe lo que el corazón quiere, ten Fé de que todo será como debiera ser. Libera la promesa del Paradigma. Deja que todas sus maravillas sean libres.”
De nuevo en terrible pero hermosa harmonía. “La decisión es tuya, Zinc de Cleanup Crew.”
Zinc volteó a ver a las Holo, mensajeras de una dimensión más allá de su entendimiento; agentes de los mismos seres que había creado y formado este universo. A su lado, el flujo fuente fluía incesantemente, como lo hacía desde su creación. El peso del Paradigma completo ahora recaía sobre los hombros de un simple basurero.
Antes de que pudiera cambiar de parecer o que se lo cambiaran, Zinc introdujo las últimas decisiones y luego se regresó a las “Actualizaciones del Sistema”. “Bueno, veamos cómo chingados sale esto.” Dijo y presionó el gran botón rojo.
Debajo de sus pies, sintió un pulso suave, casi imperceptible, como la realidad revolviéndose en su sueño.
El flujo fuente comenzó a fulgurar, el verde gentil convirtiéndose en un blanco abrasador, consumiendo su mundo entero.
Lo había logrado.
La Versión Beta fue inicializada.